Prefijos: Texto narrativo

• a-/an- → negación → anormal, apático.
• anti- → contrario → antinatural, antiestético.
• Peri- → alrededor → periodo, periscopio.
• tele- → lejos → telequinesis, telepatía.
• Hipo- → bajo, carencia → hipotermia, hipocondrio.
• hiper- → alto, exceso → hipersensible, hiperactividad.
• epi- → sobre → epidural, epicentro.
• hemi- → medio → hemisférico, hemíptero.
• in- → negación → inanición, impecable.
• bi- → dos → bisiesto, bisílabo.
• bis- → dos → bisbiseo, bisnieto.
• des- → inversión, negación → desatar, descuidado.
• Intra- → dentro → introspección, introvertido.
• pre- → antes → prever, prefijar.
• Ante- → delante → antifaz, antemano.
• Con- → unión, colaboración → contorsión, compartir.
• ex- → privación → expulsar, exánime.
• extra- → fuera → extraordinario, extraviarse.

Entre años bisiestos:

El 28 de febrero de 1981 alcanzó la cima de la montaña a la que había acudido en busca de aquellos hemípteros antinaturales de los que trataría su tesis, pero se extravió perdiéndose por el bosque y un bisbiseo que oyó entre el follaje le sobresaltó, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera ladera abajo durante un periodo de 3 años y un día, llegando a la falda de la montaña con el cuerpo anormalmente contorsionado y una barba canosa y antiestética.

Despertó en un espacio hemisférico, totalmente blanco e impecable, exánime y con algo de hipotermia (cosa que no le preocupaba mucho después de tres años de inanición), y debido a su pronta muerte comenzó un ejercicio de introspección repasando lo que había sido su vida y autoconsolándose. Estaba recordando su infancia, marcada por la hiperactividad que le fue diagnosticada a los 8 años, cuando comenzaron a sonar dos voces que usaban un lenguaje que parecía compuesto de bisílabos, silbidos y carraspeos, esta interrupción hubiera desatado su ira en otra situación, pero ahora suponía su salvación: la cúpula en la que estaba atrapado se levantó, dejándole ver a dos gigantes que le miraban atentos, uno de ellos sujetando la taza que había sido su prisión.

Estos seres (que no solo se diferenciaban de la especie humana por su tamaño, sino también por la mancha en forma de antifaz que tenían en la cara y por la extraña posición de su hipocondrio, que les impedía pegar los brazos al tronco) le acogieron en su hogar, dejándole sitio en un cajón y enseñándole su idioma. De hecho, compartieron con él largas veladas de conversación y al descubrir sus creencias supo que estaba en el lugar indicado para realizar su estudio.

Le explicaron que habitaban en un lugar que se encontraba en el epicentro del terremoto que provocó una Cercopis Vulnerata (hemíptero sagrado para ellos) al nacer por epidural, por eso solo se podía acceder a su aldea el día 29 de febrero. También supo de ellos que eran hermanos, el mayor era descuidado y apático, y el menor hipersensible e introvertido, además, como todos los de aquel lugar, poseían extraordinarias habilidades mentales, tales como la telequinesis o la telepatía, y la capacidad de prever todo lo que habría de suceder, por lo que todos los actos de su vida estaban prefijados y se preparaban para ellos de antemano.

Le confirmaron la existencia de los hemípteros que él andaba buscando, que consideraban bisnietos de la Sagrada Cercopis Vulnerata, y poseían sus mismas habilidades sobrenaturales. Según ellos, habitaban en lo alto de la montaña, expulsando con bisbiseos a los que osaban llegar a la cima.

El 29 de febrero de 1988, el siguiente año bisiesto, retomó su viaje.