DONDE DUELE, INSPIRAEl Día 27 de Enero de 2011 tuve la suerte de asistir a la conferencia de “Olvido García Valdés” como ponente. Un placer ya que la autora es considerada una de las mejores poetas del panorama contemporáneo de las letras; considero que la alegría era mutua ya que como nos comentó tenía ganas de venir a nuestro Instituto, por el renombre que va cogiendo poco a poco; y otorgó especial importancia al hecho de que la juventud tenga un contacto directo con autores importantes del momento, ya que se supone acercar a la juventud la literatura, la interactuación y el intercambio de opiniones siempre es beneficioso para todos.
Algunos de los datos que nos otorgó la autora de su vida son que comenzó con su “pluma y papel” a escribir a los 12 -13 años; considera que un poema “guarda la vida, la guardamos para uno mismo, pero a la vez para los demás” y recalca la importancia de compartir.
Comenzó a publicar muy tarde y la composición de sus poemas se deben a la intensidad especial en una percepción, aquello que nos queda en la cabeza y nos ronda sin parar, solo aquello que se nos queda es capaz de llegar al receptor.
Su unidad de trabajo es el poema, un texto breve pero autónomo aunque sobretodo autosuficiente. Con ello y muy paulatinamente el libro se va formando; su trabajo consiste en darle forma, considera que el libro se distingue por su montaje adquiriendo “una cierta cualidad orgánica y atmosférica”, sus libros están formados con gran sacrificio y tiempo de elaboración.
Para ella “la poesía es una lengua que no miente”, sus poemas son difíciles en la lectura (“lecturas a palo seco”) caracterizados por su brevedad pero gran intensidad, a veces inacabada y otras alterando la estructura y la ortografía lógica del poema. Son oscuros pero directos, buscan el contacto y como ella misma dice “van donde tienen que ir, y llegan donde tienen que llegar”, en su escritura queda lo que importa de verdad, la esencia de una percepción.
En 1986 publica su primer libro “Una
plaquet” por su finura, así lo designa ella. Recalca otro libro:
Ella, los pájaros, de poemas breves (89-92). En él hace pequeñas referencias a su madre, y a la clases de pájaros a los que considera “extraños”. Del 92 al 96 y publicado finalmente en el 97
Caza nocturna su gran obra traducida a otras lenguas.
Pero en referencia al libro trabajado en clase
Y todos estábamos vivos reconoce que la elección del título, que es lo último que hace al formar un libro, fue muy complicada e indecisa, fue un titulo tardío pero al final y cada vez que lo lee considera que es un “buen titulo, es como un móvil”.
Después de contarnos cosas sobre su vida y sus obras comenzó a responder a ciertas cuestiones que como alumnos y lectores de su obra teníamos sin resolver. Contestó con contundencia y razonadamente, nos abrió un poquito su corazón y se emocionó con nosotros al ver recitar uno de sus poemas más difíciles de elaborar, en el que con instrumentos cotidianos creó un pequeño pero gran texto, que gracias a la interpretación de nuestros compañeros nos llegó tanto como a ella.
Por todo ello, por su gran humildad, por todo lo que representa, por su dulzura en la dicción al recitarnos sus poemas, por su atención al firmarnos los libros y hacernos fotos con ella y por su gran corazón y gran ponencia, me quedo con varias frases como síntesis de lo que ha supuesto para mí conocerla y escucharla: “no vivimos en el tiempo, vivimos tiempo”, “la fuerza de un poema no está en lo que dice, sino en lo que calla”, solo queda añadir una interpretación personal a modo de conclusión: donde duele, inspira.
Me alegro de que os llegara tanto, prueba de ello ese aplauso final, todos en pie durante unos minutos, no lo olvidaremos nunca.
¡Enhorabuena por tus palabras, Lucía!